24 de enero de 2013

Picudo rojo


¡Hola!
 
 

       En esta ocasión os voy a presentar a un coleóptero: El picudo rojo (Rhynchophorus ferrugineus ) introducido en la Península Ibérica por distintas zonas de la Cuenca Mediterránea a finales del siglo pasado mediante el tráfico de palmeras datileras (Phoenix dactylifera) procedentes de Egipto principalmente, aunque el origen de este insecto es Asia sur-oriental.
        El picudo rojo se trata de una especie invasora que termina produciendo la muerte de su anfitrión (las palmeras parasitadas). El gran problema de este insecto se debe a su virulencia, en especial con la palmera canaria (Phoenix canariensis), la cual está desapareciendo por esta causa; el insecto ha encontrado en esta especie un hábitat perfecto en el que propagarse. La palmera canaria es originaria, como su propio nombre indica, de las Islas Canarias, donde también está resultando afectada.

    Conozco especialmente bien la evolución y la introducción de esta plaga en el litoral almeriense. Todo comenzó con la compra de palmeras datileras procedentes de Egipto, aunque ya se conocía este insecto por estar ya atacando el palmeral de Elche. Se permitió la llegada de estas palmeras infectadas, a la espera de pasar controles en el puerto de Almería. Esto fue suficiente para que el insecto se expandiera desde el puerto hacia las palmeras canarias de las avenidas circundantes, ya que se trata de un insecto volador y gracias al viento que suele ser fuerte se extendió y sigue extendiéndose a día de hoy. Esto es lo que dicen quienes lo presenciaron.


     Debido al clima cálido de esta zona el picudo rojo puede tener tres ciclos biológicos completos al año, depositando la hembra en cada puesta una media de 400 huevos; con este dato nos hacemos a la idea del nivel de propagación de este insecto. Otro factor que influye es la ausencia de depredadores que controlen la población. En su hábitat natural existe un nematodo que controla dicha población, pero en Almería debido a las altas temperaturas y a la escasa precipitación anual, este nematodo termina muriendo. También ha habido intentos de tratar la plaga mediante hongos, aunque con idénticos resultados debido al clima.
       En la actualidad existen varios tratamientos sistémicos con productos químicos que se van alternando para evitar la resistencia y adaptación del insecto a dichos productos. Todo apunta a un tratamiento preventivo de por vida, ya que el picudo rojo prosigue su expansión.